martes, 13 de mayo de 2008

¡QUÉ CRUZ!

Tienes razón, amigo, no tengo excusa. Si acaso, una explicación: el bar donde me tomo el café vespertino ha dejado de adquirir El Sol y, por tanto, he dejado de leerlo. El cabreo producto de su lectura me impelía a desfogarme aquí, pero eso de comprarlo expresamente para criticarlo no va con mi carácter.

Por otra parte, la edición digital, de la que podría servirme, no es tan jugosa, aparte de su desastrosa (yo diría que inexistente) organización. Por ejemplo, la sección de opinión, donde los artículos están ordenados por autor. Si quieres encontrar lo publicado en esta semana debes visitar uno por uno cada autor sin saber si hizo algo nuevo o no. Pero además, una vez accedes a los artículos de un determinado personaje, es imposible saber si es de hoy, de hace un mes o de hace un año pues les falta algo tan básico como la fecha de su publicación. Quizá la sección más fácilmente accesible sea el editorial, por ser el único fijo en todos los números y se le puede sacar algún jugo.

Ya que lo cito, el último que aparece en la web me mosquea un poco. En él, el reportero más dicharachero de la ciudad nos exhorta a marcar la X en la casilla de la iglesia católica. No entro ahora en la discriminación que supone que no aparezcan otras confesiones; lo ideal sería que no apareciese ninguna de ellas, ni siquiera que existiese cruz que poner; actualmente yo no tengo el mismo derecho que un católico a elegir el destino de parte de mis impuestos: yo, por ejemplo, no puedo ponerle una X a una asociación de ninfómanas, mientras ellos sí pueden ponérsela a una de pederastas. Sin profundizar, como digo, ahora en ese debate me hace gracia que nos intente convencer de la bondad de esa X con argumentos como que "No lo destina usted a los curas" sino a la "labor asistencial dirigida por monjas o sacerdotes". Aparte de que dicha afirmación es bastante dudosa, entre otras cosas porque las cuentas de la iglesia no están nada claras ¿qué mérito tiene que se dedique a obras sociales un dinero que se recibe precisamente para eso? ¿Tiene algún mérito oculto que un hospital se gaste los fondos que recibe en curar a los pacientes? ¿O que la policía gaste sus asignaciones en mejorar la seguridad ciudadana? Lo que deberían demostrar es que realmente se gastan ese dinero en esos fines y no en pagar indemnizaciones millonarias a víctimas de pederastia en distintas partes del globo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya, me hiciste caso. Menos mal que volviste, porque últimamente vemos cada cosa en este semanario... ¡Saludos!